Más allá de la cotización

Hoy en Madrid Trabaja con Javier Peña, su Director, hablábamos de cotizaciones. Pero en realidad hablamos de algo más profundo: la falta de información veraz y trazable para planificar nuestra vida profesional cuando el sistema no siempre nos contempla.

El programa me dejó pensando. ¿Cotizar más esperando mejores prestaciones? ¿Ahorrar por mi cuenta y decidir con autonomía? ¿Y qué pasa cuando tu trayectoria no es lineal, cuando has cuidado, interrumpido y reinventado?

Falta de información real para autónomas: decidir sin red en un sistema opaco.

Las prestaciones por desempleo, el subsidio para mayores de 52 años, las cuotas de autónomos… todo está ligado a cómo y cuánto has cotizado. Pero muchas veces, cuando queremos rectificar, ya es tarde. Y si eres mujer, la brecha se multiplica: interrupciones por cuidados, trabajo invisible, dificultades para acceder a prestaciones.

Cotizar no basta

Las personas autónomas no acceden al paro tradicional. Existe una prestación por cese de actividad, que funciona como el “paro del autónomo”. La cuantía depende de la base reguladora, pero en 2025 ronda los 670 € mensuales, y puede llegar a 1.360 € para las bases más altas. La duración varía entre 4 y 24 meses, según lo cotizado.

¿Y el subsidio para mayores de 52 años? Actualmente, las personas autónomas no tienen acceso directo. Este subsidio, 480 € mensuales y cotización hasta la jubilación, está reservado a quienes han cotizado por desempleo por cuenta ajena. Las asociaciones de autónomos (ATA, UPTA, UATAE) reclaman desde hace años que este subsidio se extienda al colectivo autónomo, especialmente a las mujeres, que representan una mayoría entre quienes quedan excluidas.

Cuando el sistema no contempla tu trayectoria, no es tu culpa. Es un fallo estructural. Y corregirlo no depende de la buena voluntad individual, ni de que cada persona aprenda a navegar por un laberinto normativo. Corregirlo exige estrategia, corresponsabilidad y voluntad política.

Y esa responsabilidad recae en quienes diseñan, aprueban y ejecutan las políticas públicas: los gobiernos, los partidos políticos, las instituciones que legislan y regulan. Son ellos quienes deben garantizar que los sistemas de protección social reconozcan la diversidad de trayectorias. Que contemplen interrupciones por cuidados, reinvenciones profesionales, trabajo no visible… y también el envejecimiento activo. Porque muchas personas, especialmente mujeres, siguen contribuyendo, cuidando, emprendiendo o reinventándose más allá de los 52. Y un sistema justo no debería penalizar ni la edad, ni la continuidad, ni la diversidad de esas trayectorias.

Porque planificar no es solo prever ingresos o elegir una base de cotización. Es entender que cada decisión laboral está atravesada por lo personal, por lo estructural, por lo que no siempre se ve. Y que sin información rigurosa, muchas personas, especialmente mujeres autónomas, quedan atrapadas en decisiones que no pudieron tomar con toda la información, ni con todas las opciones sobre la mesa.

Por eso, necesitamos políticas públicas que no solo informen, sino que acompañen. Que reconozcan que la vida profesional no es una línea recta. Que contemplen trayectorias con pausas, con cuidados, con reinvenciones. Que ofrezcan herramientas para anticipar, corregir y proteger.

Lo que está en juego no es solo la cotización.

Como autónoma, necesito más que globos sonda o titulares interesados. Necesito información veraz, trazable, que incluya mi realidad. Información que me permita tomar decisiones informadas, que no hipotequen mi futuro ni el de mi familia. Cada decisión tiene consecuencias reales. Lo que está en juego no es solo mi cotización: es mi vida.

Información que no solo te ayuda a decidir cuánto cotizar. También te permite entender qué derechos estás construyendo, qué riesgos estás asumiendo y qué alternativas puedes activar. Te ayuda a anticipar, corregir, proteger. Y, sobre todo, te permite tomar decisiones con autonomía: sin miedo, sin culpa, sin improvisación.

Porque lo que está en juego no es solo protección social: es justicia vital.