
Estoy escuchando un taller novedoso: «CONVERSANDO SOBRE MENOPAUSIA Y TRABAJO: CLAVES PARA CREAR ESPACIOS SALUDABLES E INCLUSIVOS» organizado por la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid. La menopausia no es nueva: ha marcado la vida de las mujeres desde siempre. Lo novedoso es mirarla hoy con perspectiva de género, reconocer su impacto y abrir un taller que la convierte en experiencia compartida, reflexión y transformación.
La menopausia, vista desde una perspectiva de género, no es un “déficit” biológico. Es un proceso social y cultural ligado a la trayectoria vital de las mujeres. Reconocerla significa visibilizar cómo el tiempo y la edad forman parte de esa experiencia, cuestionar estereotipos y construir narrativas positivas que valoren la riqueza de esta etapa.
El taller no se limita a conversar. Su propósito es convertirse en una herramienta práctica que genere conciencia y proponga medidas integradas en el plan de igualdad y en la gestión de personas. Entre ellas, resulta esencial incluir acciones de prevención y acompañamiento frente a los riesgos físicos y psicosociales asociados a la menopausia: desde la salud ósea y cardiovascular hasta el bienestar emocional y laboral. Del mismo modo que trabajamos para eliminar estereotipos sobre la maternidad o el acoso sexual, debemos evitar que la menopausia se reduzca a tópicos, memes o representaciones simplistas. Visibilizar la menopausia impulsa igualdad y ayuda a derribar prejuicios que refuerzan la discriminación.
La menopausia, mirada desde una perspectiva de género, se convierte en un campo innovador para resignificar la madurez de las mujeres y situarla dentro del relato de la longevidad. Aunque ha estado presente siempre, solo ahora empezamos a reconocerla como una etapa clave para la salud, el empleo y la participación social. Esto exige políticas centradas en la autonomía, el reconocimiento y la igualdad. Integrar la menopausia en los planes de igualdad y en las políticas laborales significa asumir que esta fase vital no debe ser motivo de discriminación, sino una oportunidad para garantizar derechos, eliminar sesgos y construir entornos más inclusivos.
Como señala Clara Selva en su estudio de la UOC (2024), la menopausia sigue marcada por el estigma de la edad, la presión estética y la falta de apoyo laboral. Todo ello genera discriminación y exclusión. A esta realidad se suma la presión de las empresas y de la sociedad para que las mujeres oculten su edad y disimulen que atraviesan esta etapa. Así se refuerzan estereotipos y muchas se ven obligadas a esconder síntomas o a sobreexigirse para no ser percibidas como “menos capaces”. El desafío no es solo conversar, sino comprender esta etapa, derribar estigmas, impulsar medidas y fortalecer a las mujeres en este momento vital. Se trata de abrir la posibilidad de resignificar la menopausia desde la mirada y la voz de las propias mujeres.
Me encuentro en una etapa en la que mi propósito es demostrar que la edad no disminuye el talento, sino que lo convierte en motor de transformación social. En este camino, la menopausia me interesa especialmente por la enorme repercusión que tiene en la vida de las mujeres, y por cómo aún persiste la idea de que marca un declive. Es hora de desmontar ese estigma y reconocer esta fase como un momento de fuerza, de adaptación y de inteligencia.
La edad no limita el talento, lo multiplica. Cada etapa de la vida aporta nuevas perspectivas, aprendizajes y fortalezas. El talento no se reduce con los años: se expande, se transforma y se enriquece con la experiencia. Reconocerlo es abrir la puerta a un futuro donde la diversidad generacional sea motor de innovación, justicia y participación activa.

Aunque ha acompañado a las mujeres desde siempre, solo ahora empezamos a reconocer la menopausia como una etapa clave en la salud, en el empleo y en la participación social, situando la autonomía, el reconocimiento y la igualdad como pilares fundamentales.
La sensibilización y la información son fundamentales para transformar la manera en que entendemos la menopausia. Solo visibilizando esta etapa y compartiendo conocimiento podremos eliminar prejuicios y desigualdades, y garantizar que las mujeres vivamos cada fase de la vida con confianza, plenitud y sin ocultarnos. Se trata de una realidad que afecta a más de 10 millones de mujeres en España, según el Barómetro de la Menopausia 2025, realizado por los laboratorios STADA en colaboración con la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM)
Reconocer la menopausia es reconocer el poder de las mujeres en todas sus etapas
