Y de repente, leí: Tras el mansplaining llega el hepeating, el gesto machista que igual has sufrido sin darte cuenta. ¿¿¿Cómoooooooooo??, que te birlan las ideas o el proyecto y ni te enteras!! ¿De verdad? VENGA YA!
A pesar de que no me voy a erigir en representante de todas las mujeres que han pasado por ello, desmiento el titular y confirmo que nos damos cuenta. ¡Ya lo creo! Y, me enfada profundamente. Podría parecer que, a estas alturas de la película, estas actitudes machistas están erradicadas, lo cierto es que no es así.
Entre compañeras y amigas no es extraño comentar momentos, en que estupefactas, hemos vivido cuando un jefe o compañero de turno repite nuestra idea, propuesta o comentario brillante, como si fuera suya. Es posible, que la razón por la que se supone que no nos damos cuenta, tenga que ver con no intervenir bien por no sentirnos seguras, o bien para no “liarla”.
Solo éstas serían suficientes razones para sustentar la necesidad de EMPODERAR a las mujeres, de modo que se refuerce tanto la mirada de género, como competencias enfocadas a comunicar con asertividad, consolidar la autoconfianza, planificar estratégicamente la carrera profesional y fortalecer la capacidad de liderazgo y la imprescindible ironía y sentido del humor.
Coincido con Fernando Savater: El robo está siempre asociado a la idea del poder.
Margaret Keane, gran artista que inició un estilo llamado “kitsch. Firmaba con el apellido de su esposo y estuvo bajo el anonimato sin darse cuenta, mientras que la fama de su esposo aumentaba cada día más.
Gloria Alonso Rodríguez
Socia Empieza Fresh consulting®
