¡¡No es suficiente hacer bien el trabajo, ni siquiera estar enamorada y correspondida 😉, para que las cosas salgan bien!!
Ayer leía, por recomendación mi amiga Eleonora, un post de XAVI PUIG sobre la definición de objetivos. Recordé mi objetivo del inicio del año: escribir en el blog con una frecuencia semanal (¡)
Es por esta razón, por la que coincido con el autor en que marcar objetivos cuantitativos es muy aventurado. Es cierto que marcar un objetivo cuanti motiva a la acción, con suerte crea un hábito, y ya sabemos que los hábitos se automatizan, y crean cultura, ¡¡no siempre deseable!!
En estas semanas el día a día se ha llenado de actividades, eventos, trabajo, proyectos. También de alegrías y disgustos. Y cuando llega el momento de bajón, al menos en mi caso, entran muchas ganas de escribir, de desahogarse, de lanzar sapos y culebras desde el teclado…
Pero ¡ay amiga!, ese no es el momento. Hay que respirar, reflexionar y con toda humildad hacer examen de conciencia (evidencia boomer) Una larga experiencia laboral, ser senior, no protege de disgustos ni inmuniza la sensibilidad. El disgusto lo disfruto como si fuera la primera vez. En el análisis, aún con el síndrome de la impostora casi curado, puntos de mejora afloran y hay que ponerse manos a la obra: «dar cera, pulir cera» (¡¡más boomer!!)
¿Dónde queda el objetivo de principio de año? Está, y de hecho estoy cumpliéndolo en estos momentos. He relajado el cuanti y creo que he mejorado el cuali. Escribo cuando tengo algo que compartir, y puede que concierna a otras personas.
El día a día de una microempresa, es una suerte de vaivenes amenazantes. En ocasiones te impulsan hacia delante y en otras tragas agua. Pero hay que seguir adelante, no basta con permanecer, es necesario avanzar, sin ninguna duda de forma sostenible, slow, no puede ser de otra manera.
NO es mi intención convertir, así sin más, a quienes gestionamos pequeñas empresas, mujeres y hombres, en estrellas del firmamento empresarial. Somos de carne y hueso, con fortalezas y debilidades, y sobre todo, con sentimientos. Sin embargo, en numerosas ocasiones hay que cubrirse de brilli brilli y luz para convertirnos en protagonistas y referentes.
En esta etapa de la vida, la única vida que tenemos, los objetivos se definen según criterios técnicos (llevamos mucha formación en la mochila), pero se evalúan según criterios emocionales.
OK BOOMER!