Parece difícil entender que suceda, más aún con un gobierno implicado en medidas progresistas y sociales, voy a tratar de explicar brevemente en que consiste.
En derecho migratorio, una devolución en caliente o devolución sumaria es la práctica, generalmente por parte de los cuerpos de seguridad del estado, de expulsar del país a un inmigrante irregular en el momento en el que intenta cruzar la frontera, sin serles aplicadas ninguna de las protecciones y garantías de la legislación de extranjería del país. Tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos como el Subcomité para la Prevención de la Tortura de Naciones Unidas han declarado que las devoluciones en caliente atentan contra los derechos humanos.
Los medios han contado que en los últimos días se han producido numerosos vuelos a Mauritania, el procedimiento es legal expulsar a los migrantes no regulares, sin embargo, las formas que han vuelto a llevarse a cabo como hace numerosos años, no las comparten las organizaciones humanitarias, porque en esos vuelos hay migrantes de otros países que no tienen ningún derecho tampoco en ese nuevo país para ellos. Otra vez a la deriva.
La razón por la que se lleva a cabo es el acuerdo que tiene España con ciertos países Africanos, que viene como a dejar caer, nosotros no les podemos mantener y vosotros no los queréis pues les mandamos a un tercer país y ellos verán. “¿Cómo nos van a mandar a Mauritania, si allí no tenemos a nadie?”, rogaba un guineano a EL PAÍS desde el centro de acogida. Este puede ser el resumen de lo que les sucede diariamente.
La solución a estos problemas es trabajar en y desde el origen. Sin embargo, sucede como en el programa “Next”[1], ofrecen discursos muy sensibilizados en Naciones Unidas sobre el asunto, en vez de dotar de recursos a sus países de origen y evitan el tema por los numerosos intereses económicos que tienen en dichos países.
Como reflejan Manu Chao en su canción Clandestino, “soy una raya en el mar”, o en la de Ska-P Ali el Magrebi, son situaciones que pasan diariamente.
En palabras de este servidor, después de unos días de vacaciones en Marruecos, cuando pasas de vuelta a España en el ferry y ves la escasa distancia entre España y el norte de África, 30 km, que separan mundos dejando por el camino a familias enteras. Y nosotros, sentados en el ferry observando por si vemos delfines.
Jaime Casanova Alonso. Responsable de proyectos de Empieza Consultora fresh consulting®