Es posible que, como yo, algunas emprendedoras lleguen tarde a la reflexión sobre el Día de las Mujeres Emprendedoras. Qué le vamos a hacer: todos los Santos tienen octava, como decía mi madre.
Ayer tuve la oportunidad de vivirlo en la radio gracias al programa de mi amigo Javier Peña: Madrid Trabaja. Por si os apetece escucharlo, os copio el link.
Ser emprendedora es uno de los sombreros que utilizo desde hace tiempo. Antes pasé por empleada por cuenta ajena, como profesional que algunas veces resolvía situaciones, y otras veces incomodaba. Eso sí, siempre con una sonrisa y desde el cariño 😉. Es posible que la curiosidad y el interés en buscar respuestas y explicaciones a todo, esa utopía, sean competencias innatas de las emprendedoras.
Reflexionar y revisar en el día después de la celebración, resulta vertiginoso. Más de dieciséis años, 198 meses y casi 6.000 días dedicados a Empieza Consultora. Quienes estáis en el emprendimiento, me entendéis. Es imposible el apagón.
Las mujeres emprendedoras, ayer en el programa lo comentábamos con Annarita La chef eco, de manera general pisamos con “pies de plomo” #dichoboomer. Arriesgamos nuestros recursos personales, ¡que mayor muestra de confianza y compromiso en nuestros proyectos!, y a pesar de ello tenemos más dificultades que los hombres para acceder al crédito.
Estamos atentas a los cambios que se producen y se esperan en la sociedad para adaptar nuestros servicios. Contamos con nuestra intuición entrenada desde niñas, tal y como Teresa Meana nos explica en este video.
Conciliamos, o no…. Recuerdo otra época, cuando alguna amiga después del cole se iba a la tienda de su Madre, para hacer los deberes y merendar. Claro, ahora pienso en su Madre y como se organizaría para atender a la clientela, seguir los deberes de la niña y entretenerla (sin pantallas) para que no la liara hasta la hora de cerrar. Gracias a Ellas, nuestra aspiración es la corresponsabilidad, estamos rompiendo roles sexuales y en el camino de eliminar desigualdades.
Pero no caigamos en el espejismo de la igualdad. Me rebelo cuando escucho que las emprendedoras NO han sufrido obstáculos por ser mujer. Solo hay que ver las estadísticas. ¿No son indicativas sobre que algo pasa? ¿Enfrentamos el emprendimiento desde el mismo lugar que los hombres? Ese análisis, con perspectiva de género, es suficiente como para dar con la respuesta.
Esta reflexión no estaría completa sin reconocer a la fantástica y excepcional red de apoyo, que de forma incondicional ha estado y sigue estando, sin cansarse, empujándome suave y continuamente. Sabéis quiénes sois, y sé que me permitís que solo nombre a Pil. Gracias.
Un deseo en este día después: emprendedoras, ¡fuera síndrome de la impostora!, proporcionemos referencias y modelos sinceros y visibles en roles de liderazgo a niñas, jóvenes y a mujeres emprendedoras en sus primeras etapas.